Pues habló la esfinge, reveló el futuro y se le vino el mundo encima. En efecto, Carlos Slim fue invitado al foro “México ante la crisis ¿qué hacer para crecer?” y ahí advirtió, “sin ser catastrofista”, que en México la crisis significa la caída del Producto Interno Bruto (PIB), aumento del desempleo, quiebra de empresas de todo tamaño y cierre de comercios, por lo que llamó al gobierno a tener como prioridad el empleo, el ingreso de las familias, el apoyo al sector agropecuario, a las pequeñas y medianas empresas y al desarrollo de la infraestructura, así como privilegiar el nacionalismo económico en el consumo. Y eso no le gustó al gobierno de Felipe Calderón, que sólo quiere oír “lo bien que va el país”.
Después de esa intervención, Slim supo lo que es amar a dios en tierra de indios, pues de inmediato Calderón envió a sus “golpeadores” a refutar al hombre más rico del mundo. En efecto, Javier Lozano, presuroso, acudió al confesionario en que se ha convertido Televisa para los funcionarios del gobierno espurio y replicó: “Si en opinión de Slim hay que hacer una revisión estructural del modelo y rediseño del sistema financiero, no le queda dar visiones catastrofistas cuando se ha hecho rico gracias a las condiciones económicas y del mercado interno en un país de tantas desigualdades e iniquidades”. Curioso, ¿no? Es como si le preguntaran a Lozano la hora y respondiera: hace mucho calor. Sin embargo, más curioso resultó que Lozano, en su visita a Puebla fue uno más de los catastrofistas que tanto irritan a Calderón. Aquí, Lozano vino decir: “En 2008 sólo se crearon 11 puestos de trabajo en Puebla”, y auguró que en 2009 el Producto Interno Bruto (PIB) “sólo” caerá en 1 por ciento y “únicamente” se perderán 340 mil empleos. ¡Vaya catastrofista!
Pero la mejor respuesta, la más científica y sensata, la dio Alberto Cárdenas (el que en mala hora destapó a Calderón, única explicación para seguir como secretario de Agricultura), quien respondió a todos los “catastrofistas”, entre ellos por supuesto a Slim: “¡Qué la boca se les haga chicharrón!”.
A Carlos Slim, como a Denise Dresse, aunque por razones diferentes, no les gusta el capitalismo actual –de cuates lo llamó Denise siguiendo al Premio Nobel Joseph Stiglitz– porque ambos creen que el actual es un “capitalismo malo” y, en consecuencia, proponen un “capitalismo bueno”.
Para Denise el “capitalismo malo” está lleno de monopolios que impiden la elevación de la productividad, la competencia y el crecimiento de la economía y la creación de empleos; en este modelo, la riqueza se concentra, y ella cree que bajo el capitalismo la riqueza puede distribuirse de manera equitativa; no le gusta este capitalismo, pues, según ella, no gobiernan el Senado, la Comisión Nacional Bancaria, la Comisión Federal de Competencia, la Secretaria de Educación o Pemex, sino Ricardo Salinas Pliego, los bancos usureros, Carlos Slim, Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps. Al parecer, para ella establecer un “capitalismo bueno” es acabar con todos estos personajes, incluido Slim, y dejar que gobiernen las instituciones del “capitalismo bueno”, donde, en su fantasía, hay crecimiento, empleos, distribución de la riqueza y libre competencia.
En todo caso, luchas al interior del poder mientras crece la irritación popular.
Hágame usted el favor...
Algunos comentaristas, con evidente ignorancia o franca mala leche dicen que con el referendo aprobado en Venezuela el presidente Hugo Chávez pretende perpetuarse en el poder. Y puede ser que sea cierto, nada más hace falta que el voto popular lo reelija; en otras palabras, la aprobación de la reelección indefinida de ninguna manera garantiza el triunfo de Hugo Chávez en las próximas elecciones...
El 12 de febrero pasado se conmemoraron 200 años del nacimiento de Charles Darwin, quien 50 años después, el 1 de julio de 1859, publicaría El origen de las especies, en cuyo quinto capítulo puede leerse: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”. Con esta proposición, Darwin sentó las bases de la ciencia moderna, pero también permitió la transformación de la propia concepción de la humanidad, al no tener que recurrir a una explicación sobrenatural para comprender el origen de nuestra especie...
Otra efeméride se refiere a los 25 años de la muerte del cronopio mayor, Julio Cortázar, autor de libros como Rayuela (“¿Encontraría a la Maga?”) y La vuelta al día en 80 mundos, además de libros de cuentos considerados, por muchos, entre los mejores escritos en español. Y como dice el lugar común: el mejor homenaje a Cortázar es leer sus libros, el que sea y donde sea. ¡Provecho!
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