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Artículo de Jaime Ornelas Delgado

Artículo de Jaime Ornelas Delgado
 

 TENDAJÓN MIXTO  

Dos décadas sin el ingeniero Luis Rivera Terrazas

 
Jaime Ornelas Delgado

 

El pasado 20 de marzo se cumplieron 20 años de la muerte del ingeniero Luis Rivera Terrazas, quien fue rector de la Universidad Autónoma de Puebla entre 1975 y 1981 y uno de sus dirigentes más lúcidos. Por supuesto, sería imposible explicar un buen tramo de la historia de nuestra institución, e incluso de Puebla, sin la presencia del ingeniero, como afectuosa y coloquialmente le llamábamos muchos universitarios que, con él, aprendimos a ver a la universidad como un proyecto de vida y un compromiso vital.

El ingeniero Rivera Terrazas fue, sin duda, uno de los pilares fundamentales de la universidad crítica, democrática y popular, que transformó sustancialmente y en todos los sentidos a nuestra universidad. En efecto, aun antes de asumir la rectoría, el ingeniero impulsaba las tareas de investigación que concebía como una de las tres actividades sustantivas de la universidad, idea contrapuesta a quienes ejercieron durante mucho tiempo la conducción de la UAP, cuya actividad se limitaba a la docencia. Con Rivera Terrazas, en cambio, la investigación adquirió dimensiones insospechadas y la extensión se inició no sólo con aquellas temporadas de conciertos universitarios, sino con tareas vinculadas estrechamente a las necesidades populares, lo que permitió crear las clínicas universitarias en sitios a donde no llegaban ni siquiera los servicios médicos gubernamentales.

Alguna vez Alfonso Vélez me comentó que don Luis era un creador de instituciones, como lo fue el propio Alfonso, y ciertamente como hombre de ciencia que era, el ingeniero Rivera Terrazas impulsó, en 1950, con el apoyo del entonces rector Horacio Labastida, la creación de la Escuela de Física; más tarde, siempre preocupado por la investigación científica en la universidad, en 1974 creó el Instituto de Ciencias (ICUAP), donde se desarrolló la investigación en ciencias naturales, tanto como las sociales y, también bajo su iniciativa, se crearon los colegios de Electrónica y Computación dentro de la Escuela de Físico Matemáticas. Nada de la ciencia le fue ajeno y la entendía como instrumento insustituible en la liberación social y no al servicio de los intereses de quienes se enriquecen con la explotación de los trabajadores. Sin él, no cabe la menor duda, la UAP no sería, académicamente, lo que es. 

Pero la talla del ingeniero trascendió lo académico y fue un invicto dirigente político y social de talla formidable por su honestidad y verticalidad a toda prueba. Su actividad política se proyecto intensamente en nuestra entidad y su larga militancia política en el Partido Comunista Mexicano, del que fue miembro de su Comité Central, lo convirtió en uno de los más firmes promotores del cambio democrático en nuestro país.

Don Luis Rivera Terrazas puso su vida al servicio de la lucha por democracia y el socialismo y siempre fue capaz de diferenciar los intereses de su partido y los de la universidad, jamás se sirvió de la institución para satisfacer sus fines personales, por el contrario sirvió con desinteresada pasión a la Universidad Autónoma de Puebla y a su partido entendiéndolos como instancias distintas con fines diferentes.

Esperamos que cuando se le haga un homenaje al ingeniero Rivera Terrazas, como me dicen se hizo uno el lunes, lo difundan adecuadamente, tal vez no tanto como lo hecho para anunciar a Adal Ramones o a Enrique Iglesias, pero sí suficiente como para enterar a la comunidad universitaria. La Universidad Autónoma de Puebla no puede ignorar a quienes con su esfuerzo y talento la hicieron Benemérita.

 

 

Hágame usted el... favor

 

Pues dicen los reunidos en el Foro Mundial del Agua, que concluyó el 22 de marzo en Estambul, Turquía, que el vital líquido no es un derecho humano, sino una “necesidad” sujeta, en consecuencia, a ser satisfecha en el mercado y ofrecida por empresas privadas pues, dicen los foristas, eso hará más eficiente su administración. Sin embargo, todos sabemos que en manos privadas nada se hace más eficiente sino se hace más bien desigual su disposición y disfrute, es decir, lo ricos tendrán agua a montones porque pueden pagarla, en cambio los pobres...

Varios priistas se pintan de azul y vuelven al redil panista del cual, por cierto, jamás debieron salir...

De acuerdo con Patricio, formidable caricaturista colaborador ocasional de La Jornada de Oriente, en México existen asesinos, pederastas, mafiosos, traficantes de influencias y estupefacientes, depredadores del patrimonio público, especuladores, rateros, evasores de impuestos, apropiadores de partidas secretas y no tan secretas y muchos etcéteras más, pero lo que no hay son culpables. Y si se entera Felipe Calderón Hinojosa de esta situación, seguro propondrá formar una comisión para investigar las razones de tal despropósito...

Hoy, los priistas actúan como si no tuvieran responsabilidad alguna en la ilegítima asunción de Felipe Calderón a la presidencia de la República, a quien ahora le exigen se “faje los pantalones” y decida, pero ya, sobre la ubicación de la refinería, la extradición de la señora Florence Cassez y de la ilegalidad en la que ha caído Banamex...

Y tienen razón en preocuparse por la errática conducta de Calderón, quien en efecto no ata ni desata. Pero al parecer los priistas nos creen desmemoriados y suponen que ya olvidamos que si Calderón está ahí, en Los Pinos, fue con el invaluable y decidido apoyo del PRI, ¿o no? 

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