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Artículo de Jaime Ornelas Delgado

Artículo de Jaime Ornelas Delgado

TENDAJÓN MIXTO  

Esquina rota

 
Jaime Ornelas Delgado

Hoy vamos a dar la palabra a quienes han rendido homenaje a Mario Benedetti, nacido para la eternidad el domingo pasado, 17 de mayo de 2009.

“Querido Mario, te digo adiós pero no te lo digo, te despido pero no te despido, siempre estarás en mí y en el alma y el corazón de centenares de miles de personas que entraron a la poesía por la puerta grande de tus poemas. Hasta luego entonces”.
Juan Gelman, poeta.

“Poetas y poesía [...] Murió Mario Benedetti en Montevideo y el planeta se hizo pequeño para albergar la emoción de las personas. De súbito los libros se abrieron y comenzaron a expandirse en versos, versos de despedida, versos de militancia, versos de amor, las constantes de la vida de Benedetti, junto a su patria, sus amigos, el futbol y algunos boliches de trago largo y noches todavía más largas.

“Murió Benedetti, ese poeta que supo hacernos revivir nuestros momentos más íntimos y nuestras rabias menos ocultas. Si con sus poemas salimos a la calle –codo a codo somos mucho más que dos–, si leyendo Geografías, por ejemplo, aprendimos a amar un país pequeño y un continente grande, ahora, según las cartas que llegan a la fundación, se recuperan momentos de amor que dieron sentido a tiempos pasados, y quién sabe si presentes. Eso también se lo debemos a Benedetti, el poeta que al morir hizo de nosotros herederos del bagaje de una vida fuera de lo común”. José Saramago (publicado en El cuaderno de Saramago el 19 de mayo de 2009).

“Mario Benedetti. El dolor se dice callando. / Pero me pregunto: ¿qué será de nuestra ciudad, / sola de él?, / ¿qué será de Montevideo, / mutilada de él? / Y me pregunto: / ¿qué será de nosotros, sin su bondad inexplicable?” Eduardo Galeano (La Jornada,  19 de mayo de 2009).

Finalmente el poeta mismo: “No
me gaste las palabras / no cambie el significado / mire que lo que yo
quiero / lo tengo bastante claro 
si usted habla de progreso / nada más que por hablar / mire que todos sabemos / que adelante no es atrás
si está contra la violencia / pero nos apunta bien / si la violencia va y vuelve / no se me queje después
si usted pide garantías / sólo para su corral / mire que el pueblo conoce / lo que hay que garantizar
no me gaste las palabras / no cambie el significado / mire que lo que yo quiero / lo tengo bastante claro
si habla de paz pero tiene / costumbre de torturar / mire que hay para ese vicio una cura radical
si escribe reforma agraria / pero sólo en el papel / mire que si el pueblo avanza / la tierra viene con él
si está entregando el país / y habla de soberanía / quién va a dudar que usted es / soberna porquería
no me gaste las palabras / no cambie el significado / mire que lo que yo quiero / lo tengo bastante claro
no me ensucie las palabras / no les quite su sabor /  y límpiese bien la boca / si dice revolución.
(Mario Benedetti, Las palabras.)

 

Hágame usted el... favor

¿Cómo podrá sobrevivir un país con un secretario de Hacienda y Crédito Público que el lunes pasado admitió que “el gobierno federal no ha sabido darse a entender cuando quiere explicar la situación de la economía en México, y aclaró que nunca dijo que el país había superado la crisis”? Y para mostrar su catadura, profundizó la duda, diciendo: “Lo que dije fue que la caída libre de la economía a nivel global y, por consecuencia, en México se había superado, que es distinto a decir que se superó la crisis”. Pero no fue todo, “aclaró” que tampoco quiso decir que hubiera señales claras de recuperación e insistió, “la caída libre de la economía se registró de octubre a fines de febrero y hoy hay indicadores, como el índice de confianza del consumidor, el alza en los niveles de ventas y una reducción en la tasa de deterioro de la economía, que permiten confirmar que se tocó fondo”. Pues eso será en Ticombú, porque aquí, en México, prevalece la desconfianza, se caen las ventas al mayoreo y al menudeo y sigue incontenible el proceso de deterioro de la economía.

Si no lo cree, ahí van dos datos: El Inegi informó que en el primer trimestre de 2009 la desocupación en el país afecta ya a 2.3 millones de personas, es decir, de seguir esta tendencia este año perderán su empleo más de medio millón de trabajadores; la otra, el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, dijo que la epidemia de influenza humana más la crisis provocarán un deterioro económico hasta del 5.3 por ciento.

Ahora, si la influenza es la culpable de todo, lo mismo sirve para un barrido que para un fregado, ¿o no?

 

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