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Artículo de Wulfrano Torres Pérez

Artículo de Wulfrano Torres Pérez

OPINIÓN 

Corrupción, impunidad, complicidad e incompetencia: talentos de la clase política mexicana

 
WULFRANO TORRES PÉREZ*

 

La democracia se construye

con ciudadanos,

no con simples electores

 

L

a gran torpeza de los políticos para comprender las cosas, en buen español, se llama estupidez, y los que la practican cotidianamente, estúpidos. Con los sucesos tan lamentables como inmorales (porque pudieron evitarse), donde murieron 44 niños y 30 resultaron gravemente lesionados en una galera adaptada como estancia infantil subrogada a miembros de la familia prianista local, afloró una serie de irregularidades propias de nuestro sistema, tales como el tráfico de influencias, la impúdica privatización de servicios que por ley son responsabilidad del gobierno, así como la simulación y complicidad de las autoridades, empezando por el presidente espurio que a pocos días después de la tragedia declaró cínicamente que las estancias infantiles son “excelentes” opciones para “los niños de barrio” (es decir, para los jodidos), “ya que casas particulares, patios, salas, comedores o cocheras que adaptadas pueden ser excelentes estancias infantiles para este fin y no le cuestan “carretadas de dinero” al gobierno (el pelele dixit); como la bola de inútiles panistas y priistas que al frente de las administraciones federal y estatal parasitan y viven del presupuesto (esto último, lo digo yo).

¿Este es el trato digno y seguro que le merecen nuestros niños, señor Calderón? En el colmo del monopolio de la estupidez, las dirigencias del PRI y del PAN haciendo gala de sus mezquindades, en lugar de exigir castigo para los responsables unen sus voces e intereses para demandar que PRImero y como Acción Responsable, “la tragedia se mantenga al margen de la arena electoral”. Lo  único que les espanta el sueño es cómo mantenerse en el poder, la gente, que se aguante (son simples electores); sólo falta que nos receten un comercial donde nos prometan que si votamos por ellos legislarán para que esas galeras “adaptadas como excelentes estancias infantiles” para pobres sean concesionadas bajo la tutela moral de tu diputado (ojo prianistas, les puedo cobrar derechos de autor).

De acuerdo con la nota periodística de Claudia Herrera Beltrán (La Jornada, 11 junio de 2009) Felipe Calderón refiriéndose a las estancias infantiles de la Secretaría de Desarrollo Social dijo estar satisfecho  “... porque esta iniciativa (la privatización de las guarderías infantiles) no implicó que el gobierno invirtiera “millones y millones de pesos”. Más adelante argumentó: “Nosotros no podemos poner, digamos al personal, porque eso sería muy costoso”. Semejante declaración tan desafortunada, pero que refleja el concepto tan pobre que le merecen nuestros niños al Sr. Calderón; en el colmo de la orfandad ética e intelectual propia de un panista neoliberal en el poder, nos revela su profunda incapacidad para comprender el peligro de gobernar con un pensamiento y un comportamiento inspirado en los negocios y donde la gente es lo que menos importa.

Esta visión tan absurda como irresponsable de ver en los infantes una carga en la que se debe invertir lo menos posible (ni Salinas, en sus mejores tiempos, se atrevió a defender públicamente semejante desfachatez), mientras la mayoría de los gobernantes (de todos los niveles y partidos) son los funcionarios mejor pagados, los más incompetentes y corruptos en el mundo; ellos sí que representan una carga para todos los mexicanos. Señor Calderón si de ahorrar se trata, ¿por qué no se hace las mismas “profundas reflexiones” cuando religiosamente, gracias al Prian que usted representa, miles de millones de nuestros impuestos van a parar cada año a los bancos  por medio del Fobaproa y otro tanto a los partidos políticos? ¿Cuánto nos cuesta mantener a los ex presidentes que, a parte de ladrones, fueron dejando al país en peores condiciones que como lo recibieron? ¿Por qué no, en un acto de lucidez patriótica, renuncian a los grandes privilegios de los que usted y su clase disfrutan y que tanto sangran al país?, ¿cuántas “carretadas de dinero” nos ahorraríamos?

¿Señor Calderón, no siente un poco de vergüenza decirse presidente de un país donde sus niños están considerados por organismos internacionales como de los más abandonados por su gobierno en el mundo?, ¿de verdad puede mirar a los ojos a sus hijos y no sentir pena por la forma en cómo ejerce el poder?, ¿no le preocupa el triste lugar que le tiene reservado la historia? Quiero que sepa que a mí sí me da vergüenza, como mexicano, tener un presidente tan cuestionado en su legitimidad, que por su desmedida ambición personal de llegar al poder, “haiga sido como haiga sido”, lo ejerza en beneficio de unos cuantos (de quienes lo impusieron). Me duele, pero más me indigna saber que mi país está en manos de este tipo de gobernantes; sin embargo, son cada vez más evidentes las grietas en este sistema por las que penetra la esperanza para recuperar nuestro poder como ciudadanos. Podemos empezar por decidir tachar toda la boleta para anular nuestro voto, y mostrar así el profundo desprecio que nos inspiran.

Finalmente, vaya un saludo solidario y un agradecimiento al Movimiento Democrático del Magisterio, porque con su lucha los maestros poblanos nos dan un testimonio de dignidad a  todos los ciudadanos, especialmente a los profesores universitarios. Al mismo tiempo una condena pública por la cobarde represión de la que fueron objeto por parte del gobierno.  

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