En un llamamiento inaudito por su perversidad, la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Hacienda pidieron a las universidades públicas del país reducir sus gastos. Como si pudieran. Al mismo tiempo, se supo que Hacienda se propone iniciar recortes al presupuesto aprobado por el Congreso para las instituciones públicas de educación superior del país; sobre todo la UNAM parece estar en la mira, tal vez no se le perdona el haber obtenido el Premio Príncipe de Asturias.
Los burócratas, tanto de la SEP como de Hacienda, han de suponer que las instituciones tienen tantos recursos para hacer investigación, ejercer la docencia y realizar tareas de extensión que podrían reducir esos gastos superfluos, considerados un lujo imposible de permitirnos ante las carencias de la burocracia dorada tan sacrificada, tan mal pagada, tan pocos que son. Nada menos ayer nos decía Virginia González en “Economía a Retazos”, que además del secretario, en Hacienda Agustín Carstens (271 mil pesos de sueldo mensual más prestaciones), cobran cinco subsecretarios con una percepción mensual de 268 mil pesos cada uno; 107 directores de área, donde cada uno obtiene 128 mil pesos al mes; 711 subdirectores de área; 851 enlaces de “alto nivel de responsabilidad”; 696 jefes de departamento y mil 252 profesionales ejecutivos, todos ganando elevados sueldos y jugosas prestaciones.
Entonces, ni modo, para salvar a las finanzas públicas y evitar reducir el sueldo a esos funcionarios, es indispensable bajar las percepciones de los docentes e investigadores, que resultan excesivamente elevadas si las comparamos con los ingresos obtenidos por los funcionarios federales, que sirven con tanta pasión... a los dueños del capital.
Con seguridad, los burócratas creen que es posible dejar de comparar reactivos y equipo para los laboratorios donde se forman los profesionales de la química, la física o la biología, seguramente considerados inútiles al país frente a los burócratas egresados de universidades privadas; han de creer también, que sería bueno para las finanzas públicas, y entonces eso es bueno para el país, dejar de adquirir libros y equipo de computo para los investigadores y los estudiantes, total si no hay fuentes de trabajo para que se gasta en formarlos, se dirán reflexivos los discípulos de Agustín Carstens y el señor Lujambio, tan bien portados ambos con la derecha.
Percibimos en el gobierno federal, y en general en los panistas, una verdadera fobia por las universidades públicas. No les gusta que los jóvenes con escasos recursos llegue a la enseñanza profesional y han de decir, en voz baja, “la educación superior debe ser un privilegio de quienes tienen noble raigambre, herencia y nobleza de apellido”. Y si no hay más remedio, y es preciso dar recursos fiscales a las instituciones públicas de educación superior, porque ello resulte políticamente adecuado, conviene recortarles el subsidio, reducirles al mínimo los recursos fiscales para darles vida vegetativa y, así, distorsionar sus fines hasta hacerlas actuar como empresas privadas en ávida busca de ingresos para sobrevivir. Que existan, sí, pero sin permitirles mejorar su nivel académico, pues para preparar dirigentes de calidad suprema están las universidades privadas.
Hágame usted el...favor
Estremecen los perversos fines de la Santa y Lucrativa Alianza de la miss Gordillo con Televisa. Según ellos, van a producir un programa “educativo” (Todo mundo cree que sabe), destinado a reconocer a los maestros y escuelas inscritos en la “Alianza por la Calidad Educativa”. El programa consiste en responder peguntas de nivel primaria, y por cada respuesta acertada el concursante obtiene una determinada cantidad de dinero. Reflexionado sobre las preguntas que nunca se harán en el dichoso programa, podrían estar las siguientes: ¿Cuál es el monto mensual de las cuotas sindicales percibidas por el SNTE manejado por su dirigente vitalicia? ¿Cómo administró la miss sus quincenas de maestra rural hasta llegar a tener su modesta fortuna? En fin...
En Campeche se mostró la verdadera catadura de los candidatos de los Chuchos. Resulta que Gilberto Brown, candidato a la gubernatura de ese estado por el Partido de la Revolución Democrática, declinó a favor del candidato del Partido Acción Nacional. ¿Identidad de principios? Seguramente, pues basta recordar que cuando la Federación realizó el operativo que violentó la soberanía del estado “libre y soberano” de Michoacán, el Chucho mayor declaró: “La protesta por lo ocurrido en Michoacán no va a modificar nuestra actitud y nuestro comportamiento de seguir colaborando con todo con el gobierno federal para combatir a la delincuencia y al crimen organizado. El Partido de la Revolución Democrática no escatimará ningún esfuerzo para colaborar con todas las autoridades, incluido el gobierno federal” (La Jornada, 3/06/09: 8)... Otro candidato Chucho, este a la presidencia municipal de Querétaro, renunció a su candidatura y se sumó a las filas del priismo... ¿Qué tal?... Los Chuchines están logrando liquidar al Partido de la Revolución Democrática, y ya sabrá usted a quién le echarán la culpa...
La verdad sea dicha, Andrés Manuel se tardó en convocar a la creación de un partido de nuevo tipo, como lo necesita el movimiento social que encabeza, ¿o no?
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