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Artículo de Jaime Ornelas Delgado

Artículo de Jaime Ornelas Delgado
 

 TENDAJÓN MIXTO 

La derecha ataca de nuevo

 
Jaime Ornelas Delgado

Nuevamente la santa alianza entre la derecha, los militares y la iglesia católica ha dado un golpe más a la democracia, a los anhelos de un pueblo para vivir en otro mundo posible: en Honduras, los militares se adueñaron del poder y lo han depositado en un hombre de paja proveniente del Poder Legislativo unicameral de ese país.

Pero los movimientos de la derecha no se reducen a la vía militar; en otro frente, Calderón, presidente espurio de México, intenta unificar a la derecha mediante un frente común con Álvaro Uribe, de Colombia, y Alan García, de Perú, para enfrentar políticamente al influjo que ejerce el proceso liberador que se sigue en Venezuela, Bolivia y Ecuador. La derecha no quiere que los pueblos se equivoquen y voten por su liberación, y si el pueblo se equivoca, como puede suceder y ha sucedido, está la derecha apoyada en los militares enseñarle a pueblo cual fue su error y la manera de corregirlo, casi siempre con la fuerza militar.

El riesgo mayor, es que la derecha haya decidido ya la vía para acceder al poder, del que fue desplazada y esta vía sea la militar, como la ensaya en Honduras. Ciertamente no es difícil que la derecha crea haber encontrado la solución a los riesgos que para ella representa el movimiento social, el golpe en Honduras ha seguido un viejo y conocido guión: los rumores del golpe para identificar a los grupos opositores a la felonía; el anuncio en CNN antes, incluso, de que sobrevenga el golpe; los militares invaden por la noche las ciudades, silenciosamente, creyendo que cumplen con una tarea providencial para “salvar a la humanidad”; arrestan al presidente en la madrugada y lo envían a territorio amigo, esta vez a Costa Rica, donde el gobierno neoliberal de Arias cree contribuir a la estabilidad capitalista de la zona, pues el presiente Zelaya era un poco izquierdoso y, al mismo tiempo, se nombra a otro presidente que no se legitima en las urnas como manda su propia democracia procedimental basada en la elección por parte de los electores pero no en decidir.

 Esperemos sinceramente que la derecha no crea haber encontrado el método para volver al poder. Si es así, se equivocará, por desgracia a costa de la vida y la sangre del pueblo que representa el espíritu de la sociedad por venir.   

 

Hágame usted el... favor 

Llegar a Río de Janeiro es un verdadero desastre. La llegada de tres aviones, casi simultáneamente, significa cerca de 600 pasajeros que pretenden pasar por migración y no se encuentra una fila, todos avanzamos en “bola”, como decimos por Puebla, para encontrarnos que no vamos a ningún lado, a ninguna caseta de migración, sino que hay un empleado, uno solo, frente a la multitud que pedía le entrega de una declaración jurada de que no teníamos “influenza porcina”; así le siguen llamando por acá, declaración que se nos había entregado en el avión y de la que nadie se acordaba; sin embargo, y a pesar de la hora y media de tardanza –después de entregar el papel había que hacer una cola enorme para pasar migración, luego ir por la maleta y, finalmente, otra fila para la aduana. Fue tal la desesperación del empleado que se declaró en huelga y nos dejó pasar a todos sin ningún requisito y nos veía conmovido, casi llorando, y todo acongojado viendo lastimero su obra: una horda de turistas a todo correr para llegar a la salida sin revisión aduanal alguna–, pasar por esa “cidade maravilhosa”, así le dicen los brasileños y tienen razón, ver la alucinante laguna Freitas y la exuberante vegetación hacen olvidar fácilmente los contratiempos y uno piensa ¿por qué no podrían ser así todas las ciudades? Por lo menos Puebla, donde apenas ven un espacio de  inmediato lo quieren llenar de construcciones, las más de ellas horrorosas. Si no, fíjese en el Parque Ecológico Revolución Mexicana, al que cada vez le reducen más el área verde y hacen estacionamientos, pistas, albercas y no sé cuantas cosas más...  Y ¿qué me dice del Carmen, destruido por la pretenciosa modernidad?... Pero ni hablar más, de Río hablaremos en otra entrega y de este seminario internacional para reflexionar sobre la crisis y las alternativas para las universidades públicas tendremos que referirnos en extenso la próxima semana...

Mientras, esperemos que hoy, jueves, el presidente Zelaya sea restituido en el cargo que le confirió el pueblo hondureño y no los militares.

 

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