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Artículo de Virginia González Melgarejo

Artículo de Virginia González Melgarejo

Cambiar de médico

VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO

Las acciones emprendidas por el rozagante secretario de Hacienda Agustín Carstens no han sido las más adecuadas, va de torpeza en torpeza, ya que el “simple catarrito” diagnosticado se convirtió en una grave enfermedad al punto del colapso que tiene al paciente en estado de “shock”. Es claro que la medicina no ha sido la correcta, pero insiste en seguir aplicando al país el mismo remedio neoliberal causante del trastorno.

Ahora, para recomponer al enfermo, recetan mayores recortes al presupuesto federal y disminuyen las participaciones federales a los estados y municipios sin pensar en la gravedad de esto, ya que podrían dejar de prestarse o disminuiría la calidad de los servicios públicos indispensables para la población. Se afectarán diversos servicios, la seguridad, se detendrá la obra pública, se perderán más empleos o se endeudaran los ayuntamientos para salir adelante. Pero lo más preocupante es, sin duda, la decisión de bursatilizar las participaciones del fondo de estabilización para estados y municipios  que, al decir del propio Carstens, se duplicaría a final del año. ¿De verdad no entienden? No sabrá don Agustín que los bursatilizados fondos de pensiones de los trabajadores (Afore) tuvieron pérdidas al cierre del año pasado por 30 mil millones y, como es costumbre, si las pérdidas son de todos las ganancias, que no deja de haber, son para unos cuantos. ¿Alguien sabe del destino de los millones de dólares por excedentes petroleros recibidos durante el triste sexenio de Fox? Por qué, ahora, con gran cinismo Fox aconseja a los presidentes municipales administrar el gasto con  probidad y eficacia (tal y como él no lo hizo) y hablan de amarrarse el cinturón, pero ellos no lo hacen. La crisis no ha llegado a Los Pinos, donde se han gasto  más de mil 300 millones de pesos en lo que va del año en el sostenimiento de la casa presidencial, ni a la alta burocracia que, estando las cosas como están, gasta en seguros de gastos médicos mayores y de retiro 10 mil millones de pesos, cifra ofensiva para los mexicanos. Acciones desastrosas, resultados desastrosos. Y el lamentable estado en el que está el país en todos lo ámbitos no es más que el resultado de las políticas aplicadas que, a todas luces, no son las mejores.

Es vital para el país cambiar el rumbo y traer a la vida al enfermo, sacarlo del shock, cambiar la medicina y el doctor. El secretario de Hacienda debe renunciar a su puesto por evidente ineficiencia antes de que mate, de una vez por todas, al paciente.

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