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María Teresa Jardí escribió éste artículo

María Teresa Jardí escribió éste artículo

El secuestro del avión
2009-09-11


María Teresa Jardí

La cereza de los aumentos para el pueblo:

Hasta se puede escuchar al usurpador Calderón preguntando a su cuatacho Carstens.
—¿Qué haremos, manito, para disipar el malestar que hasta en los medios a modo ha despertado la cancelación de tres secretarías, que ni sirven para nada, como el resto? Pero tan crédulos que son los mexicanos hasta creen que algo sigue funcionando para beneficio de ellos. Que dizque porque se quedan sin empleo unos cuantos más. Si entre tantos desempleados ni se va a notar. ¿No que les gusta tanto el populismo? En el fondo, van a estar felices de integrarse a la chusma. A final de cuentas dije, claro y alto, que no se iba a quedar sin el jugoso sustento ningún funcionario de alto rango. Qué pueblo tan desagradecido el mexicano. Qué ingrato. Y qué ignorante. No quiere entender que todo lo que hacemos es por su bien. Nada lo contenta.

Es desesperante ser un “presidente” tan incomprendido. Ni que fuera tanto el 2e aumento a todo. Desagradecidos, que son. Tenemos que inventarnos rápido algo para entretener a la plebe con la ayuda de la tele ¿no crees?
Y la respuesta sin duda fue: Qué tal si nos secuestramos un avión para mantener con eso entretenido al pueblo que todo se lo cree.
—Estupenda idea. ¿Pero tú crees que eso es fácil?
—Déjamelo a mí que enseguida habló con nuestro cuatacho Genaro García Luna. Ni mandado a hacer. Circo a falta de PAN es lo que le encanta a la sociedad tan crédula. Pegada a la pantalla ya la veo. Incluso preocupada por los que adentro del avión se encuentren, como si realmente corrieran algún riesgo. A ninguno le va a pasar nada. Se lo exigimos así a Genaro. Claro que si algún pasajero se aloca o le da un infarto, esa ya no es nuestra culpa.
—Dile a Genaro que lo prepare para el mismo día que yo salgo para Campeche y que en poco tiempo lo controle todo para además aventarnos un diez. La gente aclama para que se quede por su gran eficiencia y mientras se sigue hablando del secuestro del avión, colamos a Chávez Chávez como el procurador a modo que nos conviene. ¿Y hasta piensan que vamos a renunciar a las alianzas con un cártel que nos deja tanto dinero bajo la mesa?
—No si es un pueblo de dementes desagradecidos el mexicano. Irredento. Tienen el chafa seguro popular y se quejan y no dejan de hacerme caricaturas por mi gordura como si no me costase mantener cada una de mis lonjas.
—Les bajamos la educación con ayuda de nuestra cuatacha Elba Ester para que ya ni piensen. Pero no son capaces de entender el favor que les estamos haciendo al tomarnos el trabajo de pensar por ellos.
—Desagradecidísimos. Millones hasta convencidos están de que con el López Obrador ese les hubiera ido mejor.
—Que se lleve adelante lo del secuestro un poco antes de mi salida a Campeche para cuando se acerque la hora “la policía” lo tenga ya todo controlado y así me luzco en la tele y le hecho la flor que está necesitando García Luna. A ratos hasta noto que se deprime un poco con tanta crítica. ¡Ah!, y arregla que en la noche lo entreviste Joaquín, para que se luzca.
—No te preocupes, llamo a García Luna y le digo que se encargue de todo. Que se invente un secuestrador a modo y asunto resuelto. No, si somos unos linces y luego hay quien se atreve a cuestionar nuestra inteligencia.
Habría bastado con que Calderón se rebajara su salario a cincuenta mil pesos, lo que de todas maneras seguiría siendo un gran salario y que el de los ministros bajara a 49 mil pesos y a 48 el de los legisladores y que fueran bajando de mil en mil hasta llegar a secretarias y bedeles poniendo fin a los indignantes abismos salariales que es una de las cosas que están colaborando a llevar a México a un estallido. Indignantes son los salarios de los funcionarios mexicanos al lado de la pobreza obscena de millones de mexicanos. Qué tonta, verdaderamente. Si de eso se trata, de hacer estallar el país y así sí encaja todo de manera perfecta. La cereza del pastel: el secuestro de un avión mediante la utilización de un “loquito”, que cualquier azafata habría podido regresar a su asiento, si no se hubiera tratado de entretener a la sociedad mientras a los pobres se les encaja el pago de la buena vida para el resto de generaciones que les sobrevivan a las familias mafiosas que controlan el poder, convirtiendo el ejercicio del arte de la política en su pesebre a modo del que la fascista derecha no está dispuesta a moverse.

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