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Artículo de Jaime Ornelas Delgado

Artículo de Jaime Ornelas Delgado
 

 TENDAJÓN MIXTO  

Lipe y Zedillín

 
Jaime Ornelas Delgado

Desde Davos, Suiza, donde se realizó la reunión anual de los exquisitos fundamentalistas del mercado, la mayor parte de ellos responsables de la crisis actual, el señor Felipe Calderón, ante los pronósticos que se hacen para el país, respondió que es muy “malo generar expectativas negativas y deterioradas”, porque pueden carecer de “fundamentos sólidos” y argumentó “científicamente”: ¿qué tal si por esas expectativas negativas una familia deja de comprar un automóvil nuevo o una casa? A ver... a ver, que alguien explique qué pasaría. No cabe duda de que las reflexiones del panista son profundas, aunque a algunos envidiosos les parezcan frívolas, triviales, carentes de sentido y de “fundamentos sólidos”.

Pero no todo es pena ajena. También de Davos nos llega una noticia que nos debe hacer sentir orgullosos a todos los mexicanos. Según Ernesto Zedillo (uno de los beneficiarios del asesinato de Donaldo Colosio y que alguna vez se sinceró exigiendo: “A mí me gusta que me digan la neta”, y desde entonces se le quedó), el costo del rescate bancario en México fue mayor que el de Estados Unidos. En efecto, mientras aquí, en México, salvar a los banqueros costó a ésa y a las siguientes generaciones de mexicanos el 20 por ciento del PIB; en Estados Unidos el salvamento apenas representó el 8 por ciento de su producto. ¿Qué tal, no qué los mexicanos somos menores ante los gringos? Ya les ganamos con el costo del Fobaproa, y chacoteando lo presume Zedillo con un cinismo que irrita.

La sesión de chacoteo en Davos cerró felizmente cuando Calderón, confeso admirador de Zedillín, se tiró la puntada de proponer un Fobaproa mundial... ¿A qué seguir?

Pero si a Davos llegaron sólo dos presidentes de América Latina, ya que además de Calderón acudió, por supuesto –quién más iba a ser–, Álvaro Uribe, presidente de Colombia, al Foro Mundial Social, que se organiza anualmente como contrapartida de la reunión de los dueños del dinero en Davos y que esta vez se realizó en Belem, Brasil, asistieron cinco presidentes latinoamericanos: Lula, de Brasil; Fernando Lugo, de Paraguay; Rafael Correa, de Ecuador, de Bolivia, Evo Morales y de Venezuela, Hugo Chávez.

Ahí, en ese Foro Social se discutieron los problemas de los pueblos y se fortaleció el movimiento social que habrá de cambiar el mundo que en Davos pretenden salvar quienes han sido sus beneficiarios.

 

Hágame usted el favor...

La semana pasada fuimos testigos del enorme esfuerzo intelectual realizado por el gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, quien ante los datos respecto a la caída del Producto Interno Bruto (PIB), la contracción de los ingresos por exportaciones manufactureras, remesas y turismo, recientemente llegó a la siguiente y brillante conclusión: “México ya está en recesión”. ¿Qué tal? Se tardó un poco este distinguido funcionario, pero parece que, por fin, comenzó a enterarse de lo que está pasando en el país. Y ya encarrerado, este avispado funcionario aseguró que en 2009 el PIB decrecerá (siquiera no dijo que habría un “crecimiento negativo”) entre 0.8 y 1.8 por ciento, y que además se perderán 340 mil puestos de trabajo. Eso, dijo orgulloso de su descubrimiento, en cualquier parte del mundo es recesión...

En Bolivia, el último domingo de enero, poco más del 60 por ciento de la población que acudió a votar atendiendo a la convocatoria de referéndum, aprobó la nueva Constitución Política que propuso Evo Morales para refundar la nación. El pueblo dijo mayoritariamente sí a la Constitución y el socialismo boliviano va, pese a la fiera oposición de la derecha, que ridículamente pretendía desconocer los resultados porque el “Si” no había logrado el 90 por ciento de los sufragios. Con el triunfo, los nubarrones que amenazaban a esa revolución pacífica, se disipan apresurados. En su articulado la Constitución aprobada incluye, entre otras cosas, el reconocimiento a la diversidad de las regiones, pueblos, etnias y culturas que integran a la nación que lleva el nombre del libertador Bolívar; además, se ha garantizado la educación pública hasta el bachillerato, y se renuncia a la guerra como forma de solución de conflictos, y también se ha prohibido el uso de transgénicos en el territorio boliviano...

La insolencia del duopolio televisivo no tiene límite. Lo que hicieron el domingo –interrumpir actos deportivos de gran audiencia para transmitir propaganda del IFE y de los partidos políticos– para castigar al Congreso por haber aprobado una nueva ley electoral que prohíbe la publicidad electoral de particulares, no sólo es retar a los legisladores, sino hacer alarde de prepotencia e impunidad. Con lo sucedido, conviene revivir aquella propuesta consistente en evitar que las campañas electorales pasen por la televisión...

Un desplegado periodístico de la presidencia municipal de Puebla dice: “Embellezcamos el corazón de la ciudad para atraer turismo y mejorar la economía”. Lo que se propone en realidad es producir cosas para las cosas y no para la gente, pues como puede verse, no se pensó en embellecer “el corazón de la ciudad” para que, simplemente, la gente viva mejor, que es para eso y no para otra cosa que se deben embellecer las ciudades ¿o no?

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