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Artículo de Jaime Ornelas Delgado

Artículo de Jaime Ornelas Delgado

Buen provecho mister Carstens

 

Jaime Ornelas Delgado

Los datos que usted leerá a continuación son oficiales, pero sin duda ciertos. La información fue revelada por el Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) y tiene que ver con la administración gubernamental de quien ofreció ser el presidente del empleo y que si no dio empleo a los mexicanos si da lástima: cada hora, aumenta en 285 el número de mexicanos a los que ya no les alcanza para comer; 84 familias se vuelven pobres; 113 personas pierden su trabajo; México deja de producir 243 millones de dólares y los migrantes ya no envían a sus familias 35 millones de dólares que sí mandaron el año pasado.

Al 20 por ciento de los mexicanos no le alcanza su ingreso para adquirir la canasta básica, son pobres extremos; en los dos primeros años del llamado gobierno de Calderón, 5 millones 100 mil ciudadanos entraron a la “pobreza alimentaria”, alcanzando al 19.5 por ciento de la población. En esos mismos dos años, con 19 programas de combate a la pobreza operando, 5 millones 900 mil personas que no eran pobres hoy lo son; y la llamada “pobreza patrimonial”, la gente que no tiene dónde vivir, equivale a 48 por ciento de los mexicanos. En síntesis, la mitad de los mexicanos son pobres o extremadamente pobres, aunque hay quien –como Julio Boltvinik– asegura que la cifra real asciende a 80 millones de mexicanos y los empresarios demandan “abaratar la mano de obra”.

En este momento el desempleo urbano afecta a 2 y medio millones de mexicanos y durante el año se han perdido 479 mil plazas de trabajo; en mayo el PIB anual cayó 11.1 por ciento; las remesas disminuyeron 20 por ciento, esto es, mil 900 millones de dólares, tan sólo en este mes, dejaron de mandar los mexicanos de allá, del otro lado.

¡Ah! Pero todo esto ha sucedido, diría Agustín Carstens, mientras eruta después de un opíparo banquete, en un entorno de finanzas públicas sanas y equilibrio de las variables macroeconómicas.

¿Qué decir ante tan dramática realidad? Los datos aportados son la mejor evidencia de la necesidad de un nuevo modelo económico. Seguir la ruta actual es un crimen económico del que tendrá que responder el gobierno espurio.

En tanto, buen provecho señor Carstens y no olvide su bicarbonato para la digestión.

 

Hágame usted el... favor

Una de las declaraciones más lúcidas de los funcionarios panistas del gabinete federal la hizo recientemente el secretario de Desarrollo Social, Ernesto Cordero, un buen amigo de Calderón, pues de otra manera no se explica como está donde lo colocó su cuate. ¿Pero que dijo el señor Cordero? Vea usted, después de anunciar que “tan sólo” de 2006 a 2008 el número de pobres en el país aumentó en 6 millones –y eso por que no le han dado más tiempo al señor secretario–, dijo solemne el funcionario: “Pese al aumento del número de pobres vamos por buen camino.” ¡Caramba! Pues que bueno, imagínese que fuéramos por el camino equivocado...

Según se muestra en el informe del “Compendio Mundial de la Educación 2008” elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), México se ubica en el lugar 33 de 44 países en materia de inversión educativa. El gobierno de Calderón destina 2 mil 405 dólares (unos 32 mil pesos) para cada uno de los 33 millones de niños y jóvenes inscritos en primaria, secundaria, bachillerato y la universidad. Este gasto representa casi seis veces menos de lo que invierte Estados Unidos, el país que encabeza la lista con una inversión de 12 mil 788 dólares en la educación de sus niños y jóvenes. México se ubicó por debajo de Malasia y Chile, quienes destinaron 2 mil 508 y 2 mil 694 dólares al año respectivamente. Sin embargo, uno se pregunta si una escuela tuviera 100 alumnos, podría disponer de 3 millones 200 mil pesos al año lo que le permitiría operar en condiciones más o menos decorosas. Entonces ¿quien se lleva el dinero que debería corresponder a las escuelas públicas? ¿De quien sospecha usted?...

Bueno, pues como todo en la vida termina murió el ex abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenberg, aquel que se oponía a la canonización de Juan Diego porque, decía, no se podía probar su existencia histórica, lo cual generó tremendo escándalo entre la jerarquía católica y terminó despedido de la Basílica, pero sin problemas económicos. En fin, Schulenberg murió y Juan Diego fue canonizado, aunque éste no acaba de prender como santo de la devoción de los mexicanos...

¿Saben cuántos mexicanos dejaron (o se libraron) de ser gobernados por Acción Nacional el 5 de julio pasado: nada más ni nada menos que 10 millones y medio. Ojalá sea para bien, porque en algunos estados aunque gobierna el PRI ya se parece tanto al PAN que ni diferencia hay y nadie extrañará a los panistas que, estos sí, lamentarán haber perdido la oportunidad de seguir haciendo negocios privados con recursos públicos...

Ya verá usted como les irá a los Pumas después de su visita a Los Pinos, donde les cayó el chahuistle y se salaron por lo menos por siete años. Y como dice el mejor filósofo vivo de México: “¿Pero qué necesidad?”

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