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Artículo de Guillermo Fabela Quiñones

Artículo de Guillermo Fabela Quiñones

Nueva cédula de identidad, ¿qué hay detrás?

 

Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes…

 

El anuncio de que el gobierno federal está dispuesto a elaborar la Cédula de Identidad Ciudadana (CIC), provocó serias inquietudes. No es para menos, teniendo en cuenta el gasto que significaría para el erario, que para nada repercutiría en una mejoría económica ni en resultados concretos a favor de una relación más sana entre gobernantes y gobernados. Pero además, está el hecho de que en las actuales condiciones políticas del país, tal documento podría ser utilizado con fines contrarios al imperativo de fortalecer las instituciones democráticas.
Es cierto que el año pasado la Cámara de Senadores hizo un exhorto a la Secretaría de Gobernación, con el propósito de que cumpliera con el mandato legal, aprobado en 1990, de elaborar dicha cédula. Puede señalarse que lo que ahora hace el Ejecutivo es cumplir con dicho pedimento. Sin embargo, de un año para acá las cosas se han descompuesto mucho en México en todos los ámbitos. La economía sufrió un desplome vertiginoso, pues a la crisis que venimos acarreando desde hace casi tres décadas, se sumó la global de carácter estructural.
Por otro lado, la inseguridad pública es ahora un problema prioritario que exige soluciones integrales, que van de la mano con la creación de condiciones que favorezcan un sano desarrollo económico, lo que no se observa pueda realizarse en el corto ni en el mediano plazos.
Según los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE), el padrón electoral contiene ya datos necesarios para la mica del CIC, además de que al instituto le tomó 18 años elaborar ese listado, mediante una inversión de casi 36 mil millones de pesos. Por tal motivo, el presidente de la Comisión del Registro Federal de Electores del IFE, Francisco Guerrero, precisó que lo conveniente por ahora es obrar con cautela sobre este asunto, toda vez que hasta la fecha la mica para votar ha cumplido eficazmente la función de identificación oficial para diversos trámites.
Legisladores del PRI y del PRD manifestaron su rechazo a este proyecto, que calificaron de “inútil, oneroso y poco confiable”. En las actuales condiciones del país, sobran razones para rechazar esta nueva mica de identidad. Con todo, el riesgo mayor está en que la CIC sería operada por la Secretaría de Gobernación, misma que tiene bajo su cargo el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), “que está inmerso en un escándalo de espionaje político”, recordó el diputado Humberto Zazueta. Tampoco hay que olvidar que uno de los cuñados de Felipe Calderón tiene fuertes nexos con empresas cibernéticas trasnacionales, y como no hay mucha competencia en este campo, seguramente el contrato recaería en alguna de ellas.
De aquí se deriva otro grave problema: el uso indebido y con fines comerciales de los datos recabados en la nueva mica. Nada garantiza que esto no pudiera suceder, más aún sabiendo que los gobiernos neoliberales, y de manera burda los panistas, la administración pública la convierten en asunto privado, patrimonialista. Además, en un momento en que la tónica gubernamental son los recortes presupuestarios por la agudización de la crisis económica interna, resulta incomprensible que se pretenda gastar miles de millones de pesos en algo que no es prioritario.
De ahí que se incline uno a pensar que la inesperada decisión de Calderón, no es más que una maniobra oportunista con el fin de sacar ventaja electoral para el 2012. Alguien en la Secretaría de Gobernación debe haberse acordado de la petición de los senadores hecha el año pasado y consideró más que oportuno aprovecharla.
Ahora la propia Cámara de Senadores deberá oponerse a tal proyecto, porque no hay bases para realizarlo ni recursos financieros para hacerlo realidad en dos o tres años. Si no hay dinero para una serie de obras de infraestructura que tendrían un efecto positivo en la economía, sería irracional que se obtuviera para llevar a cabo un programa que más parece orientado a tener un mayor y mejor control de la población del país. Por lo pronto, no hay que perder de vista que el gobierno de Calderón es ya el más endeudado en la historia de México, lo que es mucho decir. El futuro de los mexicanos está atado a una deuda impagable, que servirá para que los acreedores nos tengan, hasta que surjan condiciones que lo eviten, la bota puesta en el cogote.

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