3 Opiniones de Don José de Saramago

Capitalismo y neocapitalismo

Fragmento de Cuadernos de Lanzarote II (1996-1997)
Transcripción de apuntes del periodista Carlos Luis Álvarez, Candido

El sistema: El capitalismo clásico explotaba a los asalariados; el neocapitalismo explota a los consumidores. Es necesario que las mayorías acumulen cosas para que las minorías acumulen capital. Ingenioso.

Decir lo que uno piensa, vivir con coherencia

Publicado en Redacción I, Escuela de Comunicación Social, Universidad de Rosario

Quizá pierda amigos. Pero si es por decir lo que pienso, entonces la amistad no sería muy fuerte. Uno tiene que decir siempre lo que entiende como su verdad. Si esto hiere a un amigo, lo lamento. La verdad es siempre relativa, pero uno necesita vivir con unas coordenadas, una coherencia. Es incómodo, pero no pago altos precios. Claro que hay consecuencias y sé que las tengo por decir lo que pienso. Pero yo no puedo callarlo, sólo porque habrá consecuencias.

Del pleno empleo al trabajo basura

Publicado en Portafolio

¿Cómo han hecho los gobiernos para cambiar el pleno empleo como prioridad, por el trabajo basura? La explicación yace en que, gracias a esta realidad, se enriquecen los dueños del capital tanto en países pobres como en países ricos. La precariedad de la actividad laboral es parte del proceso de las democracias capturadas que impera en el mundo. Frente a la consolidación de la democracia como sistema político imperfecto pero insustituible, el mundo industrializado, aquel en proceso de desarrollo o definitivamente pobre, se enfrentan a la desaparición de la democracia económica definida como el derecho de todo individuo, mujer u hombre, a generar de manera decente el ingreso necesario para llevar a una vida digna. Crece de manera desmesurada el trabajo precario, sin protección, sin ingresos previsibles, sometido a toda clase vicisitudes que demeritan la dignidad del ser humano. Es el denominado trabajo basura, término mucho más explícito sobre su verdadera realidad que aquel aséptico concepto utilizado por la tecnocracia, informalidad, incapaz de traducir el dolor humano que conllevan las formas actuales de sobre vivencia de amplísimos sectores de la fuerza de trabajo.